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miércoles, 31 de agosto de 2011

Capítulo 48

Cada huella en tus recuerdos te dirá qué hacer”


Eran las diez y media cuando se detuvieron en la puerta de casa de Ruth. Tenía miedo... menuda bronca le esperaba. Suspiró profundamente y Lucas la miró preocupado.

-Nos veremos mañana en el instituto.

-Espero seguir viva para entonces.

Los dos sonrieron, y después él le colocó una mano en la mejilla. La retiró y la guardó en el bolsillo de su pantalón.

-¿Quieres que te eche una mano con francés?

-No te preocupes... creo que puedo apañármelas sola.

No lo creía. Y sí que quería que le echara una mano. Pero bastante tenía que estudiar él, y quitarle parte de su tiempo libre le haría sentir muy mal.

-No me importa. Quiero hacerlo. Quiero ayudarte. Además, estudiando dos se pasa mejor. ¿Qué me dices? ¿Me invitas mañana a tu casa como profesor particular?

Ruth soltó una risilla.

-¿Estás seguro? Soy un completo desastre en francés. Conseguiré que quieras matarme en menos de diez minutos.

-Creo que podré soportarlo.

“Estando a tu lado podría soportar cualquier cosa” pensó.

El sonido de la puerta al abrirse desvió la atención de los dos, y posaron su mirada en el padre de Ruth, que se había asomado y contemplaba a la pareja con los ojos ardiendo de furia. Se centró sobre todo en Lucas, fulminándolo con la mirada de un modo que el pobre chico retrocedió un paso, temiendo que se le echase encima en cualquier momento.

-Entra en casa – ordenó, con la voz crispada.

Ruth asintió aterrada y caminó despacio hacia él, quien la acogió colocándole una de sus enormes manos en la espalda. Eso destrozó por completo la idea que había empezado a formar en su cabeza de echar a correr en dirección contraria. Dedicó una última mirada a su amigo, que ya había llegado a la acera, y formó una sonrisa en los labios. Recibió otra en respuesta.

-Hasta mañana – dijo Ruth antes de entrar.

-Buenas noches – se despidió él alzando la mano y agitándola levemente.

-Buenas noches, Lucas – respondió el hombre de forma severa, cerrando la puerta tras él.

Ruth observó a su padre con cautela cuando estuvieron a solas en el recibidor, e intentó hablar con serenidad.

-Papá, lo siento...

-¿Dónde has estado?

-Solo hemos dado una vuelta. Necesitaba despejarme un poco...

Se dio cuenta de que el rostro de su padre adoptaba un tenue color rojizo.

-¿Es tu novio?

Abrió la boca para responder, pero le llevó unos cuantos segundos.

-No. Somos buenos amigos.

-¿Quién? – Era su madre, que acababa de reunirse con ellos. Le dio un beso a su hija en la mejilla.

-Lucas – respondió él.

-No me digas.

-No es mi novio – repitió Ruth exasperada.

-Pues es muy majo. Y muy guapo. – Estaba completamente de acuerdo con las palabras de su madre –. Y siempre te ha mirado de una forma...

Ruth puso los ojos en blanco. Pero se sentía mucho más relajada ahora que su padre no parecía tan enfadado.

-¿Me puedo ir a mi habitación? Estoy un poco cansada...

-Ve. Ya hablaremos tú y yo.


Después de darse una buena ducha, cenar y echar por segunda vez a Kahlúa de encima de su portátil (había cogido la mala costumbre de dormir ahí, algo incomprensible, ya que no tenía pinta de ser muy cómodo), lo encendió y se conectó al MSN mientras revisaba su Tuenti. No estaría mucho rato, porque tenía pensado hacer los deberes de matemáticas, ya que, aunque no tenía que entregarlos hasta dentro de unos cuantos días, le vendría bien quitarse eso de en medio.

Una lucecita naranja parpadeó en la parte inferior de la pantalla. No sonó, porque había puesto el MSN en “no disponible”. Alguien le había hablado.

Sonrió mientras llevaba el cursor hasta la pestaña, donde se leía aquel pseudónimo que tantas veces le había producido mariposas en el estómago.

Lmusic estaba conectado.

Clic.


“Hola, princesa...”


Una masa grisácea de nubes dificultaba el paso de luz por la mañana. Solo hacía cuatro horas que se había acostado y casi se echó a llorar cuando el despertador redujo su sueño a la realidad: tenía que ir al instituto.

Pero quería dormir. Quería dormir todo el día.

No. Todo el día no... porque por la tarde Lucas iría a echarle una mano con francés. Pero no estaría nada mal dormir toda la mañana.

Sonrió bajo las sábanas, y se hizo un ovillo mientras recordaba la noche anterior. Y la conversación de hacía tan solo unas pocas horas.

Después de tanto tiempo, Lmusic había regresado. Ahora recordaba lo perjudicial que era para sus horas de descanso estar hablando con él hasta las tres de la madrugada. Pero no le importaba... Había echado eso tanto de menos que todo lo demás le daba igual.

Todo, excepto tener que levantarse para ir a clase.

“Qué frío hace...” pensó cuando sacó un pie de debajo de las mantas. Buscó su móvil y vio que allí estaba la diaria llamada perdida de Lucas... Le respondió y, pensando que lo vería en el instituto, consiguió reunir el valor suficiente para salir de la cama.


Cuando llegó a clase, Lucas, Javi y Rebeca discutían sobre algo. Rebeca se cruzó de brazos y se dejó caer sobre el respaldo de su silla, poniendo los ojos en blanco y dejando escapar un resoplido entre los labios. Ruth dejó la mochila en el suelo junto a la mesa, y mientras sacaba el libro y el cuaderno de matemáticas preguntó:

-¿De qué habláis?

-Intentamos decidir con qué canción empezar el concierto del festival. – Fue Javi quien respondió.

-Yo creo que Skumfuk sería perfecta – opinó Ruth sin pensárselo.

-¡Eso mismo he dicho yo!

-Quiere que cante yo la introducción. Pero no pienso hacerlo. No me gusta admitirlo, pero mi voz es más apropiada para el pop – dijo Rebeca.

-Nunca te he oído cantar.

-Canta genial. En el ensayo del otro día cantó ella la introducción de Skumfuk y nos dejó a todos pasmados. En serio, tiene voz de ángel. No le pega nada.

Rebeca sonrió durante un segundo, pero después le dirigió a Javi una mirada asesina.

-No lo haré.

-Pues yo creo que estaría bien – propuso Lucas. Después miró a Ruth con una sonrisa que ella le devolvió.

-¿Ves?

-Qué pesados. Podemos tocar Skumfuk sin intro. ¿Qué problema hay con eso?

-Deberías esforzarte un poco más por el grupo.

-Deberías cerrar el pico de vez en cuando.

-Y tú ser un poco más simpática.

-Contigo cerca es imposible. Me pones de mal humor.

-Tú siempre estás de mal humor.

-Porque siempre estás tú ahí dando por saco.

-Borde.

-Idiota.

-¿Queréis parar de una vez? – se quejó Lucas alzando los brazos, desesperado.

Los dos respondieron al mismo tiempo:

-Díselo a él.

-Díselo a ella.

Ruth se echó a reír mientras escribía una parte de la letra de With me en el cuaderno y lo adornaba con algunas notas musicales flotando a su alrededor, coloreadas de verde.

Through it all I've made my mistakes, I've stumble and fall...

Había escuchado tantas veces esa canción la noche anterior, que todavía la tenía metida en la cabeza.

Al ver lo que hacía, Lucas inclinó hacia atrás la silla y le dio la vuelta al cuaderno. Después le quitó el bolígrafo de las manos y empezó a escribir. Cuando se lo devolvió leyó la continuación de la letra, con esa caligrafía desordenada que tanto le gustaba.

But I mean these words... I want you to know, with everything, I won't let this go. These words are my heart and soul...

Se mordió el labio y vio que Lucas colocaba bien su silla, antes de hacerle un gesto con las cejas para que mirase hacia arriba. Cuando lo hizo se encontró con la cara del profesor de matemáticas.

-Buenos días, señor Gálvez.

-Buenos días, Ruth. Muy bonito, aunque el inglés no es lo mío, y las funciones de arriba me hacen suponer que ese cuaderno es el de matemáticas.

Ruth sonrió amablemente.

-Es para darle un poco de color.

1 comentario:

  1. Que alegria me ha dado que haya vuelto Lmusic :P
    Y Rebeca y Javi son la pareja ideal, ya se que aun no son pareja pero se ve a leguas que se gustan.
    :) gracias por el capi!

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