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jueves, 14 de julio de 2011

Capítulo 36

Cierro los ojos, suspiro. Verano, recuerdo lejano, se desvanece en el frío”


Estaba muy cansada. Se había pasado el día anterior preparándolo todo para la cena de Nochebuena junto con su madre y Víctor, que disfrutaba como un niño con esas cosas. Y también ella, pero después de tanto trabajo estaba agotada. Además se había acostado tarde, porque después de la cena se instaló en la habitación de su hermano para ver una película que a él pareció aburrirle, ya que no llevaba media hora empezada cuando se quedó dormido.

Veinticinco de diciembre: Navidad.

Como cada mañana, buscó el móvil entre las sábanas, pero antes encontró a Kahlúa, que aquella noche había decidido que era más gustoso dormir dentro de la cama que sobre ella, y estaba enroscada a su lado, con la cabeza apoyada sobre la almohada.

-Los gatitos no pueden dormir dentro de las camas – le regañó mientras la levantaba.

No se resistió mucho, pero la miró muy dolida antes de volver a acomodarse donde Ruth la había colocado. Descubrió su móvil en el lugar que antes ocupaba el animal y le sopló para retirar algunos pelos que se le habían quedado pegados. Sonrió al encontrar en la pantalla la habitual llamada perdida de Lucas y, después de devolvérsela, se acurrucó de nuevo con el rostro hundido en la almohada.

Pocos segundos más tarde escuchó llegar un mensaje. Dio un brinco, porque no se lo esperaba, y agarró de nuevo el teléfono. Su corazón enloqueció: ¡era de Lucas!


¡Feliz Navidad! Seguro que todavía estás en la cama, así que levántate y busca algo de abrigo en el armario... ¡Hoy hace bastante frío!


¿En el armario? No solía abrirlo por las mañanas, normalmente se ponía la bata encima del pijama para bajar a desayunar a la cocina, pero dio un salto de la cama dispuesta a hacer una excepción. Tropezó con la montaña de sábanas que se había formado a sus pies, cayendo de rodillas al suelo. Pudo ver cómo Kahlúa la observaba satisfecha desde el colchón.

Sin hacerle mucho caso continuó su carrera hacia el armario y abrió de golpe las puertas. Un gritito de alegría se escapó de entre sus labios cuando vio un enorme paquete envuelto en un papel de regalo estampado con ositos panda.

Y allí mismo, en el suelo frente al armario, descubrió que bajo el bonito envoltorio se encontraba la mochila que Lorena y ella habían visto por la tele y que, el mismo día que fueron a recoger las notas, volvieron a ver en un escaparate.

Un sobre blanco colgaba del pandita de la cremallera. Alguien lo había enganchado ahí con un imperdible. En la parte de atrás ponía: De Lucas.

Al abrirlo encontró un folio doblado en el interior – supuso que sería una carta – y una fotografía del día que pasaron juntos en el jardín botánico. Sonrió conmovida mientras recordaba ese momento y observó la imagen durante unos minutos.

Después leyó la carta...


¡Hola!

Espero que todo haya salido salido bien... si estás leyendo esto, supongo que así es. En realidad quien se ha encargado de todo es tu hermano, aunque ya sabes que disfruta más que nadie con estas cosas. Ja, ja, ja. Cuando te vi tan ilusionada delante del escaparate... y como pensé que, de todas formas, necesitabas una mochila nueva... Tuve que hacerlo. Sé que las cosas entre nosotros no están muy bien últimamente, pero espero que te haya gustado la sorpresa y que lo estés pasando bien con tu familia allí en el pueblo.

Nos veremos pronto.

P.D: Mira dentro, también hay algo para Kahlúa.


Sonrió y apretó el rostro reprimiendo un grito de euforia. Estaba segura de que nada podría estropear aquel día... volvió a leer las palabras de Lucas. Al parecer lo había escrito antes de su encuentro en la despensa... porque decía que las cosas no estaban bien entre ellos.

Abrazó la carta y después la guardó de nuevo en el sobre para abrir la mochila. Vio que dentro había un paquete de la comida para gatos preferida de Kahlúa, adornada con un lacito rojo.

-Me parece que vas a darte un buen festín por Navidad.

Dejó el regalo de Lucas sobre la cama, se puso la bata y se dirigió a la puerta, seguida por Kahlúa. Tropezó con algo al salir de la habitación, cayendo al suelo de rodillas por segunda vez aquella mañana. Vio a la gatita pasar por su lado sin prestarle ninguna atención, y bajar las escaleras hasta la cocina.

Ruth se puso en pie, gimoteando, y se dio la vuelta para averiguar con qué había tropezado esta vez. ¡Vaya! ¡Era otro regalo! Este tenía forma rectangular y estaba envuelto en papel azul claro. También era muy grande. Se agachó para cogerlo. Pesaba más de lo esperado, así que tuvo que intentarlo de nuevo y llevarlo a la habitación. Había una notita pegada con celo en uno de los laterales. Reconoció al instante la letra desordenada de su hermano y, sonriendo, leyó sus palabras:


Para que no me lo pidas más... ¡Pesada!


“Oh, no” – pensó, con grandes sospechas de lo que contenía aquel paquete.

-¡Eh! ¡Espera, que quiero ver tu cara al abrirlo! – era Víctor, que había acudido corriendo al darse cuenta de que su hermana estaba despierta.

Enfocaba a Ruth con una cámara, aunque pronto la desvió hacia el regalo de Lucas, sobre la cama.

-¡No enfoques la cama, que está deshecha!

Él la ignoró.

-¡Fíjate Lucas! Ya ha abierto tu regalo – le hablaba a la cámara –. Siento decirte que todo tu esfuerzo habrá sido en vano... ¡en cuanto abra el mío!

Al decir esto último se giró bruscamente para grabar de nuevo a su hermana, que permanecía junto a la mesa.

-¿Lucas va a ver eso?

No obtuvo respuesta.

-¡Venga, venga! ¡Ábrelo de una vez!

Suspiró y, con una sonrisa, obedeció. Toshiba. Eso fue lo primero que vio al retirar el papel. Terminó de desenvolver la caja y miró a Víctor confusa: por una parte quería abrazarlo y decirle el maravilloso hermano que era, pero por otra parte se sentía fatal cada vez que recibía esos regalos tan caros. Lo vio tan ilusionado que optó por lo primero y se lanzó a sus brazos.

-¡Cuidado con la cámara!

-Gracias, eres el mejor hermano del mundo.

-Ya lo sé...

-Bueno, por suerte para tu bolsillo creo que ya no queda ningún aparato que puedas regalarme... la próxima vez me conformaré con unos pendientes.

-Ya se me ocurrirá algo, tranquila...

-Ahora me da vergüenza darte mi regalo...

-¿Tengo un regalo?

-Bueno, comparándolo con el que me has hecho tú es más bien “un detallito”.

Víctor se echó a reír y esperó impaciente a que su hermana sacara un pequeño paquete del primer cajón del escritorio. La cámara no dejó de seguirla en ningún momento.

-Aquí tienes – dijo con inseguridad, ofreciéndoselo.

Él le entregó la cámara para poder abrirlo bien, así que Ruth continuó con la grabación mientras su hermano hacía añicos el papel para descubrir lo que había debajo. La chica no pudo evitar reír al contemplar su cara de satisfacción de su hermano cuando vio tenía entre sus manos un juego para Xbox que llevaba mucho tiempo esperando: Assassin's Creed Brotherhood.

Le dio las gracias infinidad de veces y luego bajaron juntos a la cocina. Encontraron allí al resto de su familia, desayunando.

-Hija, qué contenta se te ve hoy – observó su madre dándole un beso en la mejilla.

Ruth abrió la boca para hablar, pero el sonido del timbre la interrumpió.

-¡Ya voy yo! – se ofreció Víctor, tan enérgico como de costumbre, y salió corriendo hacia la entrada.

Cuando abrió la puerta se llevó una enorme sorpresa. No pudo ni quiso contener la risa al ver ante sus ojos un gigantesco ramo de rosas rojas. Intentó hablar, pero las carcajadas se lo impedían. Tras las flores, Ismael lo miraba molesto, y algo avergonzado. No dijo nada, esperando a que aquel ataque de risa cesara. Eso ocurrió un buen rato después.

-Espero que no sean para mí – logró decir al fin, retirando las lágrimas que se le habían acumulado en los ojos –. Porque creo que te sentirías un poco humillado después de esto.

Ismael lo fulminó con la mirada.

-Supongo que buscas a mi hermana.

-Supones bien.

-Yo que tú no le daría eso.

-¿Por qué?

Detrás del espeso ramo, sus ojos brillaron desafiantes.

-Porque Ruth odia las rosas. No puede soportarlas.

-No lo creo.

Víctor se encogió de hombros y torciendo el gesto le dijo:

-Tú mismo.

Después se dispuso a llamar a su hermana, pero Ismael lo frenó agarrándolo del brazo. Apretó los labios y dejó escapar un gruñido mientras Víctor lo observaba satisfecho, apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Fue entonces cuando reparó en la densa capa de nieve que cubría todo el exterior.

-¡Vaya, es increíble!

-Increíble... – repitió Ismael en un susurro.

Dio un paso hacia atrás para clavar el ramo en la masa de nieve que se había acumulado durante la noche dentro de la papelera que había frente a la casa. Parecía muy decepcionado.

-Tranquilo, amigo. Si quieres puedes pasar a desayunar...

-Déjalo. Ya nos veremos.

Y se marchó de allí cabizbajo y enfurruñado. Justo cuando desapareció al doblar la esquina llegó Ruth, sobresaltando a su hermano.

-¿Quién era?

-Nadie...

-¿Y qué haces aquí entonces?

Sin darle tiempo a responder descubrió el manto de nieve que se extendía hasta donde su vista ya no alcanzaba, y salió corriendo para cogerla, del mismo modo que cuando era pequeña. Eso hizo sonreír a su hermano, que aún conservaba la postura de antes. La observó hacer bolas de nieve y quejarse de lo fría que estaba, hasta que halló las rosas sumergidas en la papelera y se llevó las manos a la boca.

-¡Son preciosas! ¿Quién habrá podido tirarlas?

-Algún corazón roto – sugirió Víctor.

-¡Pues que tonta la chica que las haya rechazado! Me las quedaré yo.

Tiró del ramo, lo abrazó contra su hombro y recogió algunas rosas que se habían caído al suelo para colocarlas junto a las demás. Después regresó junto a su hermano y los dos entraron de nuevo.

5 comentarios:

  1. Pobre chico, el que lo hacia conlamejor intencion del mundo..

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  2. ¡Me encanta! Empecé a leerlo hace unos días, lo encontré por algún tuenti...y me encanta :D
    Espero impaciente el siguiente capitulo e.e
    Sigue así ^^

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  3. Sigo esta historia desde hace tiempo, y es la primera vez que comento XDD sigue así!

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  4. jajajjajaa no me lo creooo! en serioo? vaya palo para el pobre Ismael, al final resulta que sí le gustaban y que victor había mentidoo XDD que malo ees (pero en el buen sentido, porque victor me cae bien jajajaja)
    sigue asii un besazooo!

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  5. y pensar que solo me quedan dos capitulos por leer :(

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