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lunes, 4 de julio de 2011

Capítulo 30


Mis ojos están vendados, pero confío en tu mano. Me llevas a un mundo que desconozco, y no estoy segura de poder comprenderlo alguna vez, tampoco sé si seré capaz de entender la llama que arde ahora en mi interior... ni el misterio que encierra tu corazón, pero de lo que no me cabe duda es de que quiero quedarme, y quiero quedarme contigo”


Miraban caer el agua enfurecida sobre los charcos que se habían formado desde que empezó a llover, y aunque no hacía mucho rato de eso, ya casi eran pequeños lagos. Silencio no había, desde luego, pero ellos permanecían callados, preguntándose cómo habían podido perder el último autobús, a las siete. ¡Porque en realidad quién iba a pensar que saliera a esa hora, si el jardín cerraba a las ocho!

Refugiados bajo el toldo de una tienda de animales, cerrada desde hacía bastante rato, cada uno examinaba la situación en su cabeza: ¿qué iban a hacer?

-Pues nada – suspiró Lucas después de un buen rato meditando, y estiró los brazos –. Tendremos que llamar a Javi para que venga a recogernos.

Ella asintió, aunque no parecía muy contenta con la propuesta.

-No tenemos otra opción. ¡Pobre Javi! Coger el coche ahora con esta lluvia...

Lo llamaron y le explicaron lo sucedido. Él accedió gustosamente a ir a buscarlos, aunque no sabía muy bien cómo llegar hasta donde se encontraban. Finalmente quedaron sobre las diez en el Parque de los Almendros, un pequeño jardín que había muy cerca de allí. Así les resultaría más fácil encontrarse.

Aunque solo eran las nueve menos veinte, se tardaba una hora y media aproximadamente en llegar desde el centro de la ciudad.

Decidieron permanecer en la tienda de animales hasta que se calmase un poco la lluvia.

-Por lo menos tenemos un buen trabajo – sonrió Ruth.

Y no solo eso. Sin duda aquel día había merecido la pena, por mucho que ahora se encontraran lejos de la ciudad, acorralados por la lluvia y sin más remedio que esperar a que llegase su amigo. Nada de eso le importaba demasiado. Le encantaba haber compartido aquello con Lucas.

Él le ofreció una sonrisa.

-Ha sido un gran día – suspiró, leyendo en voz alta el pensamiento de su amiga.

-Si no se hubiera puesto a llover...

Callaron durante unos segundos en los que solo se escucharon la lluvia y un coche que pasó fugaz delante de ellos, disparando a ambos lados el agua acumulada en los charcos de la calzada.

-Pues a mí me gusta.

-¿El qué?

-La lluvia.

-¿La lluvia?

Lucas rió ante la sorpresa de su amiga.

-Sí.

Ruth apoyó la espalda sobre la pared, atrapó sus manos entre las rodillas para mantenerlas calientes y miró al cielo oscuro un momento, como intentando encontrar aquello que Lucas era capaz de ver pero ella no. Finalmente se dio por vencida y negó con la cabeza.

-Los días lluviosos son tristes.

-Bueno, yo no los definiría así. Son días para estar en casa... leer, ver películas...

-No más películas, por favor – le interrumpió Ruth exagerando el gesto de espanto que había adoptado su rostro.

Él soltó una carcajada.

-Bueno, tengo que admitir que la lluvia tiene un aire romántico y acogedor que en días de sol... como no sea en un atardecer...

-Romántico, ¿eh? – bromeó Lucas moviendo las cejas arriba y abajo –. Entonces estás de acuerdo conmigo en que la lluvia no es tan mala como todo el mundo dice.

-Prefiero el sol.

-¿Nunca te has puesto bajo la lluvia y has abierto los brazos hasta quedar completamente empapada?

-¡Vaya! Debo de ser una tía muy rara, pero no, nunca he hecho eso.

Lucas rió y ella no pudo evitar soltar también una risilla.

-Pues mira, es tu oportunidad.

-No te lo tomes a mal, pero hoy no me apetece mucho levantarme y salir ahí fuera a dejarme masacrar por la tormenta.

-Pues vaya, qué aburrida.

No dejó de sonreír.

-Aburrida, ¿eh...? Hala, ve tú a divertirte, que yo te miro desde aquí. Te prometo que si te arrastra la corriente carretera abajo pediré ayuda. Pero por teléfono, porque no pienso moverme de a...

-¡Mira! – interrumpió Lucas, señalando bajo un coche que había aparcado a pocos metros de la tienda de animales –. ¿Lo ves?

-¿El qué?

La chica agudizó la vista buscando lo que su amigo le estaba indicando, aunque finalmente fue su oído quien halló la respuesta al escuchar el asustado maullido de un gatito. Fue entonces cuando logró verlo, temblando escondido debajo del vehículo.

No lo dudó ni un segundo y corrió hacia él, abrió su cazadora, lo guardó allí, y regresó lo más rápido que pudo. A pesar de que no le llevó más de treinta segundos, volvió completamente empapada. Después de bajar de nuevo la cremallera, descubrieron al pequeño felino cobijado entre el brazo y la cintura de la chica. Maulló desesperado cuando intentó sacarlo de allí para verlo mejor, algo que dio por imposible cuando el gatito hundió las uñas en la camiseta, aferrándose con obstinación. Solo las farolas concedían un poco de luz, y el pobre animal estaba mojado, así que no pudieron distinguir muy bien los colores de su pelaje. Volvió a cerrar la cazadora para darle calor.

-¿Vas a quedarte con él?

-Sí – respondió ella con brillo en los ojos –. No sé si a mi madre le hará mucha ilusión, pero no voy a dejarlo aquí...

Varias gotas resbalaron desde su frente hasta la barbilla, trazando una línea plateada sobre la piel de la chica. El pelo, también empapado, se le pegaba a la cara y le bañaba el cuello de agua que se deslizaba al interior de su camiseta.

-A lo mejor no era tan buena idea eso de mojarse... – observó Lucas, temiendo que su amiga pillara un buen resfriado.

-No te preocupes... estoy bien.

La sonrisa se borró pronto de su rostro para dar lugar a un estornudo. Luego comenzó a tiritar.

-Me dejas más tranquilo – bromeó él.

Se acercó a ella empezando a deslizar hacia abajo la cremallera de su sudadera.

-No hagas eso – pidió Ruth al adivinar lo que pretendía, impidiendo de un manotazo que se quitara la prenda –. No necesito más abrigo: estoy bien.

-¿Por qué no? Te vas a resfriar.

-Si me la das te resfriarás tú.

Lucas la ignoró por completo, terminó de quitarse la sudadera y se la colocó encima a su amiga que, al principio se resistió, pero al comprobar que realmente era un alivio se dio por vencida y le dio las gracias. Siguieron allí sentados, pendientes de su nuevo amigo felino, o mejor dicho: su nueva amiga felina, porque habían descubierto que se trataba de una linda gatita.

Mientras esperaban, los dos recibieron una llamada preocupada de sus padres, alarmados por no tenerlos aún en casa. Después de todo no habían visto a sus hijos en todo el día, los de Ruth ni siquiera la noche anterior.

Cuando asumieron que no iba a parar de llover se dirigieron hacia el Parque de los Almendros, un rato antes de la hora acordada, corriendo veloces para mojarse lo menos posible. Aunque el esfuerzo no sirvió de mucho...

Fue un consuelo encontrar a Javi esperando cuando llegaron. Al parecer había tardado menos de lo previsto.

-Qué desastre de gente – exclamó el conductor con una sonrisa en los labios mientras sus amigos subían al coche, refiriéndose a ellos.

Ruth se sentó en el asiento del copiloto y Lucas detrás de Javi, quien dedicó una mirada de sorpresa a la chica al escuchar un maullido procedente de su sudadera. ¿Su sudadera? Miró a su amigo por el retrovisor para descubrir que solo iba vestido con una camiseta de manga corta. Sonrió.

-¿Qué escondes ahí?

Volvió a poner su atención en Ruth.

-¡Tachaaán! – canturreó ella mostrándole la gatita, que los miraba a todos un poco desconcertada.

De nuevo se agarró con las uñas a la camiseta cuando intentó cogerla, pero esta vez fue la chica quien resultó vencedora del duelo. El pequeño animal se quejó con desesperación, intentando aferrarse a donde le fuera posible. De pronto se vio en otras manos, más cálidas que las primeras.

-¡Ahí va! Qué cosa más pequeña.

Ese comentario pareció ofender bastante al animal, que miró a Javi con desdén e intentó escabullirse de sus caricias. Aunque no lo consiguió.

-¿Cómo la vas a llamar?

-Avellana.

-¡¿Avellana?!

El chico no parecía muy conforme con llamar de ese modo a la joven felina. En cambio Lucas rió.

-Sí.

-¿Por qué?

-Porque acabo de darme cuenta de que tiene ahí una manchita en forma de avellana.

Efectivamente, sobre el pelaje blanco de la gatita, en el costado, se dibujaba una mancha marrón con esa forma.

-¿No te gusta o qué?

-Pues no, la verdad. No creo que sea un nombre apropiado para un gato. Podría comprender con mucho esfuerzo que llamases así a un hamster, ¿pero a un gato? ¡Un gato! Un gato necesita un nombre más elegante... Hazelnut – mientras pronunciaba la palabra (con un acento exagerado), miró a la nada y paseó la mano abierta por el aire, como vislumbrando un letrero con el nombre que se le acababa de ocurrir escrito en él –. Es avellana en inglés, pero suena mucho mejor.

Entregó la gatita a Lucas, se colocó bien en su asiento y arrancó el coche.

-¿Por qué se la das a él? – se quejó Ruth.

-No quiero ni imaginarme qué atrocidades podría sufrir este pobre e indefenso animal en manos de alguien que quiere ponerle de nombre “Avellana”.

Escupió la palabra haciendo una mueca de horror. Ruth y Lucas se echaron a reír.

-Déjala que la llame como quiera, para eso es suya – sugirió desde atrás, mientras el peludo motivo de la disputa jugueteaba con su mano.

-Lo siento, pero desde que tu perra se llama Sara has perdido todo el derecho a participar en esta conversación. Sara... Es que nunca podré perdonártelo.

-Ya sabes que el nombre lo decidió mi prima... Además, querías que le pusiera el nombre de... espera, ¿qué era? ¿un licor mexicano?

-Kahlúa. Para mí siempre será Kahlúa...

-¿Kahlúa? – repitió Ruth pensativa. Después se giró hacia atrás, sonrió a Lucas y recuperó su nueva mascota para decirle –: decidido, te llamarás Kahlúa.

2 comentarios:

  1. Holaaaaaaaaa!
    Jajajaja, que bueno el capitulo tia!
    que mona la gatita! y que le cambia el nombre por el que queria Javi.
    Es verdad eso de que la perra de Lucas no tiene un nombre muy original... pero bueno, tengo un vecino que tiene una perra que se llama Marina o.O pasó un dia con ella por al lado mia y dije "Marinaaa" con voz extraña.. el caso es que mi mejor amiga, que iba al lado mia dijo "¿que?" jajaja si, se llama marina jajajajja asi que, ahora siempre nos reimos de eso... y nuse xqe te estoy contando esto...ejem xDxD
    Sube prontooo!
    Un besoo

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  2. Javi es un pintaaaas...! Me encanta jajaja sus comentarios es que no son normaleees xD pero son genialees jajajjaa

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