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lunes, 24 de octubre de 2011

Capítulo 59

El amor ocupa el primer puesto en la lista de cosas inalcanzables para la razón”


-¿Me das otra cerveza sin alcohol? – Javi se encargó de demostrar el poco entusiasmo que le producían aquellas dos últimas palabras. Era la tercera cerveza.

Alguien le dio unos golpecitos con el dedo en la espalda, así que se dio la vuelta para averiguar quién era. Una chica le sonreía ligeramente, con el pelo negro retorcido en un recogido perfecto. Llevaba un vestido blanco atado al cuello, estampado de azul turquesa y marrón. Bajó la mirada, sin mucha discreción, hacia las piernas desnudas y blancas, terminadas en unas bonitas sandalias marrones, de tacón. Boquiabierto, se obligó a contener un suspiro. Alzó la vista de nuevo y descubrió unos ojos azules inmensos, no muy maquillados, que lo contemplaban con cierto aturdimiento. Le llevó unos segundos darse cuenta de que era Rebeca.

-Hola – dijo ella, alzando una ceja. Quizás su aspecto no fuera el de siempre, pero aquel gesto era muy propio de Rebeca.

Javi se había quedado mudo.

-Vaya... – Fue lo único que pudo decir, embriagado por la sorpresa, mientras soltaba la cerveza en la barra –. ¿Qué has hecho con Rebeca?

Se encogió de hombros, quitando importancia a ese cambio tan radical.

-Me apetecía algo diferente, ¿sabes? Aunque no sé si me siento muy cómoda. Estos zapatos son muy dolorosos. ¿Qué te parece?

-Estás... – Javi se dio el gusto de mirarla de nuevo de arriba a abajo, buscando la palabra adecuada –: Impresionante.

-Pues guarda bien esta imagen en tu cabeza, porque no volverás a verme así en la vida. ¿Me pides una cerveza?

-Claro.

-¿Javi? ¡JAVI! – Una voz femenina y aguda le hizo mirar a su izquierda, y le faltó muy poco para caerse cuando vio a la chica rubia, con un pelo tan largo que parecía no terminar nunca, corriendo hacia él con los ojos vidriosos y los brazos abiertos.

“Dios mío” pensó, sintiendo que el mundo se tambaleaba. ¿O era él? “Dios mío”.

Todavía no había reaccionado cuando la misteriosa chica se le colgó del cuello, mientras gritaba de alegría.

“DIOS MÍO”.

-¿A-Angie? ¿Angie? ¿Eres tú?

La miró perplejo. Claro que era ella. Era Angie, la inglesita que lo había abandonado unos años atrás para regresar a su ciudad. Estaba más alta, y su cuerpo tenía las formas de una mujer. Ya no era la niña de la que se había enamorado.

-¡Sí! ¡Soy yo! Estás genial, Javi. ¡Has cambiado mucho! Qué alto estás.

-¿Y cómo es que estás aquí?

-He convencido a mi padre para que pasemos aquí el verano. ¡Tenía tantas ganas de verte! ¿Cómo te va?

La chica a la que había esperado durante años ahora estaba allí, delante de él. Pero cuando vio que Rebeca se había ido, y que por mucho que mirara a su alrededor no podía encontrarla, supo que no podía quedarse a hablar.

-Angie, ¿hablamos luego? Tengo algo importante que hacer.

Ella asintió, claramente desilusionada y dolida, y dejó que Javi se marchara a toda velocidad, abandonándola con el corazón paralizado.

Salió del gimnasio, mirando hacia todos lados, y encontró a Rebeca sentada frente a la pista de fútbol, con la espalda rozando la pared y la cabeza hundida en las rodillas, a las que se abrazaba como si le fuera la vida en ello. Se sentó a su lado sin decir nada, y esperó a que se diera cuenta de que estaba allí. Al fin descubrió el rostro, y Javi se quedó congelado.

Ver a Rebeca llorando era una de las cosas que había catalogado como “las que podrían ocurrir solo cuando todo lo imposible del mundo y del universo hubiera sucedido”. Así que no estaba preparado para afrontar algo así.

-¿Estás llorando?

-¿Me preguntas si estoy llorando? ¿Eres idiota?

De acuerdo. Era evidente que estaba llorando, pero no se le había ocurrido nada mejor de decir. Intentó arreglarlo.

-Lo siento. ¿Y qué te pasa?

-¿La verdad? No lo sé...

-Mmm... Creo que es por el vestido. Te ha vuelto blanda. Pero no te preocupes, cuando te pongas de nuevo tu ropa te transformarás. Y volverás a ser esa Rebeca que da tanto miedo.

Se sentía tan impotente que lo único que pudo hacer fue decir esa sarta de tonterías. Tuvo suerte, porque su amiga soltó una risilla mientras se secaba las lágrimas con el dorso de la mano, y después suspiró, como quien se acaba de quitar un enorme peso de encima.

-Pero tranquila, no se lo diré a nadie. Tu secreto está a salvo conmigo.

-Javi, estoy llorando, no enterrando un cadáver.

Él se echó a reír. Al parecer, incluso Rebeca tenía sus momentos de debilidad. Y un corazón capaz de exprimir lágrimas, por lo visto. Se sintió tan conmovido que no pudo evitar rodear su hombro, acercándola a él. Le frotó el brazo, un gesto reconfortante.

-Bueno, ¿me vas a contar ya qué te pasa?

-No tienes que hacer esto. Puedo estar sola. Deberías irte con esa chica... con Angie. Hacía mucho que no hablabais, y yo estaré bien sin ti.

-No quiero irme con ella. Quiero estar contigo.

-Creo que acabo de darme cuenta de algo, y por eso me he puesto a llorar. Creo que he sentido... miedo.

-¿De qué se trata?

Ella no respondió. Buscó la mano de Javi con la suya, y la atrapó entre sus dedos. Él sonrió en silencio, permaneciendo así unos minutos.

-Gracias... por venir a buscarme.

-¿Sabes? Estás preciosa. Pero me gusta mucho más cuando no llevas tacones y vas vestida de negro. Aunque eso de enseñar las piernas no está mal. – Rebeca le pegó con suavidad en el brazo, riendo –. ¿Y sabes otra cosa? – Le agarró la barbilla, obligándola a mirarle a los ojos. Él se perdió en los suyos... tan profundos y azules –. Se me ocurrió el nombre del grupo pensando en ti... en tus ojos. Deep&Blue... No te saco de la cabeza, Rebeca.

Le acarició la cara, y ella anidó la mejilla en su mano. Se acercaron despacio, hasta que sus labios se unieron, dando lugar a un beso que los dos deseaban con fuerza desde hacía mucho tiempo.

3 comentarios:

  1. Ohhhhhhhhhh por dios, que lloro eh, no sabes que ganas tenía de leer este momento (sabia que llegaría), son la pareja perfecta.
    Y quiero más, quiero saber como va lo de Lucas!

    Mil gracias por subir el capi :)

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  2. Aaaaaaaaaaaw :)
    Dios, me he imaginado la imagen en mi cabeza perfectamente. Me ha encantado.
    Qué pena que no quede mucho ):
    Quiero saber qué pasará con el pobre Lucas. Mira que Eva es mala, mala, pero mala, eh?
    Un besazo y gracias por compartir esta gran historia :3

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  3. Madremíaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! =D
    Que gran capítulazo!! la verdad que no toda la novela se tenía que basar siempre en Lucas y Ruth, me gusta esta historia!!:)
    Gracias!!^^

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